martes, 10 de abril de 2018

No tengo suficiente leche

Sí, yo también tuve la duda, no sabía si mi bebé se estaba llenando con mi leche, la interrogante vino hace 5 años cuando tuve a #Benja, ya tenía a Haru que también lactaba pero me dejé influenciar por los consejos de alrededor, esos que me decían que por el hecho de ser varoncito, comía más... Vaya MITO eh!

Llegando de la clínica, y tras un episodio de incubadora por no adaptarse del todo al medio ambiente, le ofrecía mi pecho para que gane peso lo antes posible. Los primeros días le pude dar calostro antes de estar de alta, con poco entusiasmo y algo débil pero mi chinito se esforzaba por tomar la teta de mamá.



Benja con dos días de nacido, en neonatología insistiendo en amamantarlo.


Con la condición del Doctor de que tome leche de mamá estábamos en casa, entonces como era posible que le tenga que ofrecer fórmula, su llanto me hacía dudar, porque tal vez no habíamos iniciado correctamente el proceso de amamantamiento y eso hacia que mi leche escaseé. Eso es lo que pensé.

La lactancia a demanda debe ser justo así, libre, sin horarios, sin tiempos y sin mirar el reloj. El error más común es dudar de nosotras, de nuestro cuerpo, nuestra mente nos juega una mala pasada y pueda ser que acabémoslo creyendo. Nuestros pechos están diseñados para dar la cantidad que ellos requieren y la única manera de modular esto, es ofreciéndoles cada vez que lo solicitan, no  importa si ha pasado un minuto, cinco o 2 horas, mamá debe estar atenta para cuando nuestro bebé  tenga hambre de nuevo.


¿Pero entonces cómo saber que está tomando lo suficiente?



  • Ellos solitos se retiran del pecho cuando están llenos.
  • Está ganado peso. La mayoría de los recién nacidos pierden hasta el 7% de su peso inicial, pero lo vuelven a recuperar hacia las 2 semanas de vida.
  • Moja de 4 a 6 pañales al día y su orina es clara.
  • Notas tus pechos más blandos luego de amamantar.
  • Durante el primer mes de vida, el bebé hace popó por lo menos tres veces al día.
A ciencia cierta tal vez no se pueda medir la cantidad de leche que toma, pero jamás debemos ignorar estos signos para saber si nuestro bebé tiene hambre.

  • Si mueve la cabeza de un lado a otro, obedeciendo a su reflejo de búsqueda del pecho.
  • Si abre la boca y saca la lengua como un pajarillo.
  • Si mete las manos en la boca para chuparlas.
  • Si da cabezazos contra nuestro pecho.
  • Si coloca sus labios hacia afuera y succiona ante cualquier contacto corporal.
  • A partir de los tres meses ellos piden claramente, se van hacia el pecho de mamá y aprenden a apartar la ropa.
¿Qué pasa cuando le damos biberón con leche de fórmula para "COMPLEMENTARLO"?


Hacemos que nuestro bebecito se acostumbre al flujo ligero del biberón, el tiempo entre cada toma se alargará, entonces suponemos que nuestro bebé está más LLENO y la realidad es que la leche de fórmula tarda más en digerirse que la leche materna.


A esto se le sumamos la "confusión de pezón", donde la tetina del biberón obstaculice la prendida y no puede retener nuestro pezón dentro de la boca. Ya que ambos procesos de succión son totalmente diferentes.


Todo esto nos dificulta el continuar exitosamente con nuestra lactancia, el pecho ya no está estimulado y podríamos abandonar por completo la lactancia materna. Si requieres ayuda puedes contactar una asesora de lactancia o comunicarte con la Liga de La Leche de tu país.




Benjamin luego de 6 meses de lactancia materna exclusiva a demanda.






domingo, 8 de abril de 2018

Mi hijo favorito es...

En secreto creo que muchos padres nos hemos hecho la pregunta: ¿tenemos un hijo favorito?. Siempre decimos que los queremos a todos por igual, pero todos sabemos en el fondo que eso no es cierto.

Cuando tenía sólo a Haru y me enteré que estaba esperando al segundo, tuve miedo, miedo de no poder amar a Benja tanto como la quería a ella, o peor aún quererlo aún más..., con Mayu también existió el mismo sentimiento.

Tengo una amiga que me dijo, que no es que nuestro corazón se incline para un lado de la balanza, sino es que a veces la “razón” hace que estemos atentas (alerta) al que nos necesita más, tal vez al más indefenso (bebés) pero creo que esto se extiende a lo largo de la vida y dependiendo de las circunstancias por las que pasen nuestro hijos, habrán momentos que vamos a tener que prestarle más atención a uno que a los demás.

Encontré un estudio  que dice que sí efectivamente es posible tener a un favorito, porque podemos llegar a ser más compatibles con el carácter de algunos, o que el orden de nacimiento influye. Yo creo que tal vez puede ser que uno de ellos nos haga las cosas “fáciles” entonces ese se va llevando los puntos a favor.

¿Con tantos chinis podría escoger sólo a uno? Jamás, porque todo lo que “creía” cambió cuando por fin lo viví, y para mí no es que se quiera igual, al contrario se les quiere diferente, se les quiere por lo que SON. Los favoritos lo son todos en algún momento, tal vez Haru fue la preferida cuando se le empezaron a caer los dientes y la hicimos sentir especial, en un momento le tocó a Benja cuando lo íbamos a alentar a todos sus partidos de fútbol, y con Mayu que tiene siempre la atención de todos incluyendo sus hermanos porque necesita más cuidados.



Ahora que ya está por nacer el 4to chini, mi corazón ya está preparado, puedo amar ya sin miedos ni contemplaciones, sin remordimientos, puedo quererlos diferente por lo que son e intensamente igual, por la misma razón.














Para Haru, Benja, Mayu y Kenji.
Los ama, su mamá.