En secreto creo que muchos padres nos hemos hecho la pregunta: ¿tenemos un hijo favorito?. Siempre decimos que los queremos a todos por igual, pero todos sabemos en el fondo que eso no es cierto.
Cuando tenía sólo a Haru y me enteré que estaba esperando al segundo, tuve miedo, miedo de no poder amar a Benja tanto como la quería a ella, o peor aún quererlo aún más..., con Mayu también existió el mismo sentimiento.
Tengo una amiga que me dijo, que no es que nuestro corazón se incline para un lado de la balanza, sino es que a veces la “razón” hace que estemos atentas (alerta) al que nos necesita más, tal vez al más indefenso (bebés) pero creo que esto se extiende a lo largo de la vida y dependiendo de las circunstancias por las que pasen nuestro hijos, habrán momentos que vamos a tener que prestarle más atención a uno que a los demás.
Encontré un estudio que dice que sí efectivamente es posible tener a un favorito, porque podemos llegar a ser más compatibles con el carácter de algunos, o que el orden de nacimiento influye. Yo creo que tal vez puede ser que uno de ellos nos haga las cosas “fáciles” entonces ese se va llevando los puntos a favor.
¿Con tantos chinis podría escoger sólo a uno? Jamás, porque todo lo que “creía” cambió cuando por fin lo viví, y para mí no es que se quiera igual, al contrario se les quiere diferente, se les quiere por lo que SON. Los favoritos lo son todos en algún momento, tal vez Haru fue la preferida cuando se le empezaron a caer los dientes y la hicimos sentir especial, en un momento le tocó a Benja cuando lo íbamos a alentar a todos sus partidos de fútbol, y con Mayu que tiene siempre la atención de todos incluyendo sus hermanos porque necesita más cuidados.
Para Haru, Benja, Mayu y Kenji.
Los ama, su mamá.
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